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Las grape no son cocteles de cerveza con vino sino la fusión desde el inicio, entre mosto de maltas y menos del 40% de mosto de uva. La fusión de dos mundos.

Esta semana, comenzaremos una serie de tres capítulos de cervezas enamoradas de la uva. Y como en todas nuestras notas, comenzaremos por la historia.

En 2011 Gianriccardo Corbo, primer juez BJCP italiano, compró cerca de una docena de botellas de una novedosa receta cervecera, para persuadir al directorio de jueces del BJCP a incluirlas en su Guía de Estilos. Así, las Grape Ale Italianas comenzaron a participar como estilo provisorio en competiciones de homebrewers, dentro de Italia. Este puntapié inicial fue el combustible para el naciente movimiento de la cerveza en Italia, llevándolo a diferentes latitudes vitivinícolas hasta que inevitable y naturalmente, llegaron a Chile cerca del 2016.

Las grape no son cocteles de cerveza con vino sino la fusión desde el inicio, entre mosto de maltas y menos del 40% de mosto de uva. La fusión de dos mundos. Uno de las claves de la producción del estilo Grape Ale es que el producto permite expresar el territorio (terroir). Perdida en el Maipo, Grape Ale de Cerveza Hasta Pronto, nos convoca descubrir las características de nuestra tierra. Producida con una base cervecera de Dark Daison (Saison con maltas oscuras), cerca de un 30% de mosto de carmenere y levaduras belgas, esta cerveza fue fermentada en barricas de la misma cepa, durante 15 meses.

De espuma tímida, un clásico de cervezas con mayor graduación alcohólica, al servicio, afloran de inmediato aromas frutales como a granada, cerezas y notas especiadas. Una suerte de vino navegado pero ligero, refrescante y atemporal. En boca, la madera es lo primero, la complejidad de las barricas se hace presente y la frescura frutal que aportan las uvas de la carmenere, la convierten en un exponente interesante y complejo. Luego, un leve dulzor, aporte de las maltas oscuras. Refrescante, con cierta acidez frutal y definitivo picor especiado, va muy equilibrada con la caramelización de estas maltas, una jugosidad de frutas rojas en conserva, levantadas a un nivel superior por las levaduras belgas. Final seco, con un alcohol que entibia la garganta y el alma. Si bien, los 9,4° de alcohol se sienten y se agradecen, no es una cerveza pesada; es más bien frizante, punzante pero muy sabrosa, que te invita a beber un sorbo tras otro, con ciertos espacios para pensarla, pero por sobre todo, para saborearla.

¿Maridajes sugeridos? Unas sopaipillas montadas con pino de carne y palta. Me encanta ese contraste. Quesos cremosos muy maduros, donde la cerveza nos hace recordar un chutney de frutos rojos. Me encantaría un tártaro de vacuno, con sus pepinillos y alcaparras o una mechada con puré picante que levante lo especiado de la cerveza. Un kuchen de cerezas o frutillas, una compota de peras al vino o unos trocitos de queso mantecoso y dulce de membrillo. ¿Qué mejor?

9,4° Alc.. Hoy, el IBU no juega.
Disponible en: beershop.cl, beervana.cl, tierracervecera.cl, hastapronto.cl
Precio referencial: $4.700 – $ 5.700